En otras palabras, se ha censurado ‘Saw VI’ en España. Si echáis un vistazo a la web del Ministerio podréis comprobar que ésta es la única película no pornográfica que sido considerada X. Teniendo en cuenta que ‘Saw VI’ no incluye escenas de sexo explícito, la única explicación posible es que se ha entendido que el film realiza apología de la violencia, según se establece en el Real Decreto 1067/1983, de 27 de abril, regulador de las salas especiales de exhibición cinematográfica (desarrollando el título primero de la Ley 1/1982, de 24 de febrero).
Esta fórmula suena más a otros tiempos, de dictadura y represión cultural, pero todavía sigue vigente, y a mí me parece bien, siempre y cuando esté apoyada en argumentos sólidos y razonables. Cosa que aquí, por lo que veo, no ocurre. Se la califica X, suponemos que es por incitar a la violencia y ya está, se acabó el asunto. No hay papel para imprimir unas sencillas explicaciones. Por otro lado, el absurdo es mayor si tenemos en cuenta que es la sexta parte de una saga que si se ha caracterizado por algo es por su contenido sangriento, por los macabros juegos que prepara un personaje y que suelen acabar en grotescas muertes.
O sea, ‘Saw VI’ hace apología de la violencia, pero ‘Saw’, ‘Saw II’, ‘Saw III’, ‘Saw IV’ y ‘Saw V’ no, por eso recibieron otra calificación. ¿Dónde está la lógica? ¿Acaso esta nueva entrega lanza eficaces mensajes al público sobre lo estupendo que resulta para el cutis descuartizar seres humanos?
Quizá lo más sorprendente de todo este asunto es que esta medida es más restrictiva que la adoptada en Estados Unidos. Es decir, siempre nos burlamos de lo mojigatos que son los norteamericanos, pero resulta que ‘Saw VI’ se va a estrenar en salas comerciales allí, este mismo viernes, con una calificación R; que quiere decir que pueden entrar mayores de edad y los menores siempre que vayan acompañados por sus padres o un tutor. Los motivos de la MPAA son los de siempre: la extrema violencia y el lenguaje “inapropiado”. Repito, no hay porno, no hay sexo explícito en ‘Saw VI’. Podríamos discutir la estupidez restrictiva en torno al sexo, pero lo cierto es que se sale del tema central.
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